70 años de historias | Noelia Martínez
Para celebrar nuestro septuagésimo aniversario, en 2018 documentamos siete historias de siete colaboradores que nos han ayudado a impulsar el crecimiento de ATMA en los últimos 70 años.
Te invitamos a conocer la historia de Noelia Martínez

«Entré en la empresa hace diez años como responsable de Aseguramiento de Calidad y desde el primer momento hubo desafíos.
En ese entonces estábamos empezando a trabajar en el envase de helado de dos litros de Conaprole y tomamos conciencia de que íbamos a tener que enfrentar un montón de requisitos que aseguraran la calidad del producto, incluyendo su inocuidad. Y fuimos creando un sistema de gestión de calidad que hoy nos permite cumplir con todas las normas y estar a la altura de las exigencias de los clientes.
Hace cinco años, cuando trabajaba en Aseguramiento de Calidad, tuve mi segundo hijo. Cuando estaba por reintegrarme de la licencia maternal me llamaron de la empresa para decirme que necesitaban resolver un tema conmigo. Yo no me imaginaba qué iba a pasar y en esa reunión me ofrecieron ser la jefa de planta. No me lo esperaba, pero me atraía mucho poder trabajar en un área más vinculada a la producción, así que no lo dudé y acepté. Mi objetivo era además apoyar al equipo de la empresa en lo que necesitara.
Asumir esa responsabilidad no fue fácil, porque yo en ese entonces no tenía tantos años de experiencia en la fábrica ni había trabajado en el área de producción. Pero siempre tuve el respaldo de la empresa para seguir adelante.
El puesto conlleva una responsabilidad grande, pero tengo la suerte de trabajar en lo que me gusta. Me apoyo mucho en los encargados de las distintas áreas y trato de mirar siempre los intereses de todos para tomar las decisiones. El manejo de los tiempos es uno de los grandes desafíos: si no resolvés rápido, la producción te pasa por arriba.
Para el futuro lo que más me gustaría es seguir trabajando con la línea de clientes de alta exigencia porque nos generan desafíos y nos hacen mejorar constantemente. Y no sólo desde el punto de vista de asegurar la calidad, sino de ser cada vez más competitivos y buscar alternativas de innovación.
Y a nivel personal mi objetivo es el de seguir aprendiendo, porque todavía tengo mucho que aprender.
Además me motiva trabajar en ATMA porque creo que es una industria en la que hay mucho para aportar. Hoy existen desarrollos nuevos que muestran que, si se trabaja en innovación, el plástico puede ayudar en cuestiones como la mejor preservación de los alimentos. También hay desafíos que se pueden abordar en lo que respecta al reciclaje y la economía circular, por ejemplo».